La pasada semana un compañero de profesión, Carlos Ferrando, a través de su cuenta de Instagram nos presento el reto de los #7díassinceros. Me costo aceptar este reto. No tenía muy claro que podría sacar de ello, pero al final me anime a participar a través de mi cuenta de Instagram, y quiero aprovechar para hacer una reflexión con la ayuda de frases que recibo constantemente, tanto de personas que me conocen (amigos, familiares…) como de personas que no me conocen.
¿En qué consistía este reto? En mostrar todo lo que iba comiendo durante 7 días la semana (sin filtros, sin poses, sin retoques) a través de mi cuenta de Instagram.
¿Con qué objetivo? Ser realistas con uno mismo siendo consciente de lo que comemos, ya que hay muchas cosas del día a día que comemos y no nos damos cuenta. Y por otro lado, ser sinceros y relajar la perfección del mensaje que se tiende a mostrar en redes sociales, para no dar pie a mal interpretaciones y obsesiones. Ver que todos somos personas y que no siempre es necesario ser perfecto, ya que esto puede generar una falsa expectativa y frustración sobre la realidad. (Razón principal que me ha llevado a hacerlo).
“Entonces…¿Qué podemos comer? Porque para ti todo es malo…”
Un dietista nutricionista es un profesional sanitario que tiene los conocimientos de la repercusión e influencia que tiene el llevar una alimentación saludable y equilibrada, junto con unos hábitos de vida saludables en nuestra salud. Y por lo tanto, es quién se encarga de transmitirlo, educando y ayudando a las personas a mejorar sus hábitos con diferentes objetivos (prevención o tratamiento de enfermedades, intolerancias, mejorar la composición corporal, rendimiento deportivo…). Por lo que, si realmente queréis conocer la razón y el porqué de las recomendaciones que damos, entender que la respuesta es la que es, no la que queráis escuchar. Luego cada uno, con esa información, ya es libre de tomas las decisiones que considere.
“Ah no, a tí ni te ofrezco esto que tú nunca comes este tipo de cosas”
Los dietistas-nutricionistas al tener conocimientos, recursos y mayor conciencia sobre ello, tenemos una mayor capacidad de gestionar y controlar nuestras elecciones alimentarias (tanto para el sí como para el no). Hasta ahí, todo claro. Pero eso no significa que un dietista nutricionista sea una persona que lleva una alimentación perfecta, un estilo de vida perfecto, y que por lo tanto, transmite eso o que incluso lo impone. No confundamos conceptos, o por lo menos NO es mi caso.
“¿Tú siempre comes así? ¿nunca te saltas la dieta?”
Yo comparto una media de 4-5 comidas (fotos) en mi cuenta de Instagram a la semana. Cómo os podéis imaginar, lo que muestro no es el 100% de mi alimentación. No comparto todo lo que hago, no porque quiera ocultarlo (ya veis que no tengo problema en mostrarlo), sino porque además de que no es el objetivo, dudo a que a muchos os importe realmente saber todo lo que hago y cómo cada día. No creo que esa sea la razón por el que habéis decido seguirme.
Comparto cierto contenido es para dar información, generar recursos, dar ideas que os ayude y os motive a seguir un estilo de vida y alimentación saludable. Ni mi alimentación es perfecta, ni quiero dar ejemplo de ello ni transmitirlo.
Aunque, una de los principales razones que me llevan a no compartir ni la mitad de cosas que hago, es que no quiero hacer un mal o excesivo uso de las redes sociales y estar conectada a ellas todo el día. Al final las redes sociales, generan cierta “necesidad” de tener que publicar todo lo que hacemos, ya que parece que “si no lo compartes no lo has vivido” y eso dificulta el poner unos “límite” sobre lo que publicamos. Algo con lo que, si os soy sincera, no estoy de acuerdo. Pero aunque no estoy de acuerdo, no os voy a negar que me cuesta saber “gestionarlo bien”. Buscar un punto medio entre lo que comparto y el cómo lo comparto. De hecho es un continuo trabajo lo que hago con todo ello, es decir, voy aprendiendo a saber darle un buen uso a las redes sociales.
“¿Pero mira lo que está comiendo adri?¿Qué haces comiendo eso, si engorda, tiene mucho…?
Nuestras elecciones alimentarias, la gran mayoría de las veces, se ven condicionadas por un contexto; horarios de trabajo, falta de tiempo, estrés, imprevistos, emociones, sentimientos, eventos sociales, celebraciones de amigos, familia, viajes incluso algo tan básico, que a veces se nos olvida, como es el tener gustos, apetencias, aversiones o posibles intolerancias. Contextos variables y cambiantes que tenemos todos, incluidos los dietistas nutricionistas. ¡No somos unos bichos raros!
Contexto que no se conoce, que solo sabe uno mismo, por lo que consideró que NO se debemos juzgar, ni mucho menos sacar conclusiones de ciertos hechos aislados que vemos y mucho menos tenerlos como ejemplo.
“No me mires, ya sé que tiene mucho…y que no es bueno, déjame ” (cuando ni si quiera has dicho nada)
” Realmente, es un día, no lo tomo siempre, no hay que ser extremista ” (justificación si haberla pedido).
Por la misma razón dicha en el párrafo anterior, los Dietistas Nutricionistas tampoco juzgamos los hechos que vemos (aunque no lo creáis) así que no os sintáis juzgamos siempre ni con la necesidad de justificar vuestras acciones delante de nosotros. Ya que no sabemos la razón que os ha llevado a hacerlo y no lo estamos pidiendo.
Pongamos un ejemplo sencillo para entenderlo bien: ¿Porqué juzgar el hecho de ver a una persona comiéndose un croissant con un café en una terraza? Puede que sea algo que haga cada día si, pero….¿Tal vez es el primer croissant que se come en hace 5 años? ¿Quién soy yo para juzgar un hecho aislado si no conozco ni las razones que le han llevado a ello ni cómo es el resto de su alimentación y hábitos?.
Si una persona me pide consejo y opinión dándome a conocer su contexto (ejemplo claro de lo qué sería un seguimiento personalizado en consulta) para que yo como dietista le ayude a mejorar sus elecciones ya es otra cosa.
Siguiendo con el ejemplo de antes…si esa persona me cuenta que se ha comido ese croissant por comer, cuando en verdad ni le gusta, ni le apetecía, sino que lo ha hecho porque estaba con ansiedad, por inercia por determinados problema y no quiere que sea así, ya es otra cosa. Entonces ya, conociendo todo ese contexto (sin necesidad de juzgar nada) le ayudaré a aprender a gestionar ese tipo de situaciones y hacer mejores elecciones, tanto saludables como tal vez no “tan saludables” pero mínimo si las que “más le apetece” de manera más consciente. Tan sencillo como eso.
Entonces…¿Por qué genero cierto contenido por mis redes sociales?
Como ya he comentado antes, comparto contenido (información, fotos, recetas…) para dar información, recursos, ideas y motivar, lógicamente, a llevar una alimentación saludable. La presentación de las fotos, no deja de ser una “estética” que yo me he establecido (es ya algo personal) para tener una similitud entre mis publicaciones. El tipo de alimentos, no dejan de ser alimentos que yo consumo, que a mí me gusten y me sientan bien. La cantidad de alimentos, no dejan de ser cantidades acordes a mis necesidades personales. La manera de consumirlos no dejan de ser combinaciones que a mí se me ocurren. A partir de ahí que cada uno es libre de “versionar y adaptar” en la medida en que sea” esas recetas” a su contexto. Ese es mi real objetivo.
“A mí no me quedan siempre así de perfectas las comidas”
Mi objetivo no es promocionar platos ideales, maravillosos o de revista. Ni quiero dar ese mensaje, ni mucho menos quiero generar frustración al ver que vuestros platos no quedan así. Básicamente porque no siempre es así. Mis comidas del día a día no siempre son tan bonitas, atractivas y perfectas.
Bajo ese concepto pasaría a ser una persona idílica, dando la percepción de que siempre como perfecto, que nunca me salgo de lo que es lo más saludable, que como siempre platos que parece que están tallados en lugar de cocinados… Lo que viene a ser algo… “poco real” . Y yo no soy así y no quiero serlo.
En definitiva demos un buen uso a las redes sociales. Buen uso no por lo que compartamos, porqué al final cada uno es libre de compartir lo que quiere bajo su criterio, su personalidad o modo de ver y hacer las cosas. Sino un buen uso a la hora de “interpretar y contextualizar los mensajes” y saber adaptarlos a la situación personal de cada uno.
No hay que olvidarse, que lo que vemos (imágenes, situaciones, vivencias, emociones…) no deja de ser una pequeña parte de la vida de otras personas (no las nuestras) que se quieren mostrar. Pero no deja de ser vida de otras personas no la de uno mismo.
Gracias por leerme siempre;)